
diegoerpapi
Reviews
Detailed
Lo que L'Eau d'Issey Miyake insinuaba
Reflection Man es un perfume que no necesita imponerse para brillar. Fresco, limpio y sofisticado, mezcla rosa blanca, especias suaves, hierbas aromáticas y un fondo maderoso sedoso.
La sensación es la de entrar a un templo en calma: aire frío, flores, un toque picante y una nube serena que envuelve todo con equilibrio.
Lo comparo con L’Eau d’Issey Miyake: ambos comparten frescura, flores blancas y un matiz verde, pero Reflection lo lleva a un nivel superior de coherencia y refinamiento.
En lo técnico, frasco impecable, rendimiento justo (5h, proyección moderada), pero compensado por un aroma elegante y adictivo que siempre invita a volver a olerlo.
La sensación es la de entrar a un templo en calma: aire frío, flores, un toque picante y una nube serena que envuelve todo con equilibrio.
Lo comparo con L’Eau d’Issey Miyake: ambos comparten frescura, flores blancas y un matiz verde, pero Reflection lo lleva a un nivel superior de coherencia y refinamiento.
En lo técnico, frasco impecable, rendimiento justo (5h, proyección moderada), pero compensado por un aroma elegante y adictivo que siempre invita a volver a olerlo.
Gótico (a lo Tim Burton)
Este perfume se presenta como oscuro y gótico, casi intimidante por la estética y el marketing que lo rodea. Sin embargo, en la piel revela otra cara: no es un gótico pesado, sino uno más cercano al estilo de Tim Burton, con un aire sombrío pero juguetón.
La salida combina ron, pachuli y cuero, que le dan un inicio profundo. Pero pronto aparecen notas dulces y frutales, con un toque de maracuyá que aporta calidez tropical. Esa mezcla sorprende, porque uno espera algo duro y oscuro, y lo que recibe es un contraste entre lo misterioso y lo seductor.
En el secado, el perfume deja un dulzor caramelizado que recuerda incluso al plátano maduro. Ese detalle lo hace todavía más curioso, como si escondiera un guiño al símbolo del “Monkey”, ligado a Tony Iommi. Es un perfume que juega con las apariencias: parece severo, pero en el fondo es cálido y accesible.
En la práctica, funciona muy bien para salidas casuales de noche. Tiene un rendimiento y una proyección sobresaliente, lo que lo hace destacar sin ser agresivo. No es un gótico denso al estilo Interlude de Amouage, sino un perfume rockero, atmosférico y alegre. Único, revelador y con una identidad propia difícil de encontrar.
La salida combina ron, pachuli y cuero, que le dan un inicio profundo. Pero pronto aparecen notas dulces y frutales, con un toque de maracuyá que aporta calidez tropical. Esa mezcla sorprende, porque uno espera algo duro y oscuro, y lo que recibe es un contraste entre lo misterioso y lo seductor.
En el secado, el perfume deja un dulzor caramelizado que recuerda incluso al plátano maduro. Ese detalle lo hace todavía más curioso, como si escondiera un guiño al símbolo del “Monkey”, ligado a Tony Iommi. Es un perfume que juega con las apariencias: parece severo, pero en el fondo es cálido y accesible.
En la práctica, funciona muy bien para salidas casuales de noche. Tiene un rendimiento y una proyección sobresaliente, lo que lo hace destacar sin ser agresivo. No es un gótico denso al estilo Interlude de Amouage, sino un perfume rockero, atmosférico y alegre. Único, revelador y con una identidad propia difícil de encontrar.